Hace dos semanas los compañeros de proyecto y yo, realizamos la actividad que pone en cierta medida el punto y final a este Servicio de Voluntariado Europeo (EVS).
La actividad denominada "camping" consistía en transformar y acondicionar la zona de ocio de un kindergarden. Desde el primer momento los voluntarios nos vimos ilusionados y con muchas ganas, lo que supuso una gran lluvia de ideas, ideas que a lo largo de una semana se fueron transformando en realidades.
Las imágenes superiores muestran cómo nos encontramos el kindergarden en un primer momento, ese mismo día supimos que teníamos un duro trabajo por delante.
Al día siguiente de la primera visita, nos pusimos los guantes y manos a la obra, limpiamos y cortamos los matos en la zona de juego, empezamos con la preparación para poder pintar el mural, designamos la zonas donde colocaríamos las casas para los pájarillos, el lugar donde colocaríamos las macetas con las flores, etc.
Tras una semana entera de duro trabajo, los resultados eran espectaculares, ya no tan solo por el impacto que daba la transformación que habíamos llevado a cabo, sino por la satisfacción personal de haber hecho algo así, creo que ninguno de los voluntarios nos imaginamos que el resultado fuese el que fue.
Y este fue el resultado, transformamos fuentes en maceteros, los árboles albergan pequeñas casas hechas con garrafas de agua para los pájaros, en los muros cuelgan preciosos geráneos, cuyas macetas son botellas de agua, adecentamos el banco y pintamos en el suelo con diferentes juegos. Esto sólo es el resultado de un trabajo, y teniendo en cuenta solamente lo material, el verdadero resultado vendría el lunes, cuando los más pequeños visitaron la instalación, la sensación de orgullo que sentí en ese momento fueron muy grandes.
La imagen superior corresponde al momento cuando tanto voluntarios como una de las maestras del kindergarden inmortalizábamos el momento de felicidad de los pequeños, ahora pueden disfrutar de un espacio mucho más amable y limpio.
La directora del centro nos agradecía el trabajo desarrollado en el mismo, la verdad que somos nosotros los que tenemos que darle las gracias por brindarnos una oportunidad única, la oportunidad de transformar una espacio de juego, hacerlo mucho más agradable para los pequeños, y sobre todo, el haber disfrutado de ver la cara de los niños y niñas.
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